La libertad, el otro y la infocracia: Javier Milei y las ultraderechas
Foto: Maurício Mascaro
Política

La libertad, el otro y la infocracia: Javier Milei y las ultraderechas

El ascenso del político argentino Javier Milei presenta diversas interrogantes que ponen como cuestión central la salud y la calidad de las democracias latinoamericanas. En el marco del contexto de la Infocracia, la desaparición del otro como sujeto político y el uso del concepto libertad, se presenta a continuación una lectura para pensar el crecimiento de las ultraderechas.

Martín Aguirregaray

La victoria de Javier Milei en las elecciones PASO de Argentina, celebradas el pasado 14 de agosto, ha supuesto una nueva demostración del avance de las visiones radicales de la ultraderecha en el mundo y, particularmente, en América Latina. Si bien el análisis más claro y evidente es el de una ciudadanía argentina agotada de la crisis económica, de los políticos y del sistema político, resulta pertinente analizar también las implicancias discursivas del candidato del partido La Libertad Avanza en el marco de la estructura del neoliberalismo y del capitalismo de la información.

En occidente el contexto es el de “un descontento generalizado entre los ciudadanos con sus élites, tanto políticas como económicas (conocidas como el establishment)”, en palabras de Alfonso Ayala. En América Latina, particularmente, “la democracia se encuentra en estado crítico”, con una debilidad estructural simbolizada en los presidentes: un tercio de ellos, elegidos desde que se inició la transición, “han transgredido las reglas de la democracia”, según el análisis de Latinobarómetro. De este modo, hay una debilidad que se traduce en una atomización de partidos, lo que hace que “se desplome su imagen y su legitimidad”.

Teniendo en cuenta este marco, es imprescindible entender la situación filosófica política en la que estamos inmersos. Y ese contexto, entre otras cosas, es el de una democracia que está degenerando en una infocracia, según Byung-Chul Han.

Esta infocracia está enmarcada sobre un régimen de la información que, en palabras de Han, es una “forma de dominio en la que la información y su procesamiento mediante algoritmos e inteligencia artificial determinan de modo decisivo los procesos sociales, económicos y políticos”, a lo que también puede sumarse el aspecto cultural. De esta manera, el mundo digital está determinando el accionar de la sociedad como un todo en un capitalismo de la información en el que las personas están siendo degradadas a “datos y ganado consumidor”.

En este marco, y tras un largo proceso en el que también jugaron su papel la mediocracia y la telecracia, la política ha derivado en un espacio de espectacularización donde el entretenimiento es el principal mandamiento y donde los algoritmos son los que prevalecen. Así, la información es un arma, los ciudadanos devienen en televidentes, usuarios de redes sociales y consumidores, y los políticos en proveedores en lógica de consumo.

Las redes sociales llevan a que ya no haya importancia mayúscula en el argumento y el discurso y a que el contenido político quede en segundo plano. El que “ofrezca un mejor espectáculo ganará las elecciones”, porque el “discurso degenera en espectáculo y publicidad”, según lo expresa Han. De hecho, abundan noticias en las que se dan actualizaciones de la situación sentimental de los políticos, se los muestra yendo de compras o viviendo un hecho que es calificado de viral. La esfera pública, entonces, está mutando en el mundo digital y con ella también lo está haciendo el espacio de discursividad política.

Si a esto le sumamos un consumo de información ávido y voraz en el que esta pasa fugazmente delante nuestro, se genera un espacio de cortoplacismo que no favorece la democracia ni el discurso. Y esto porque el espacio de la actualidad de la información es muy reducido, por lo que es imposible detenerse en ella; el discurso de la democracia, en tanto, posee otra temporalidad que no puede entenderse con el tiempo comunicacional digital. Por tal razón, la discursividad pública está amenazada por la infodemia: la difusión y multiplicación viral de la información.

En esta infodemia interactuamos constantemente con informaciones de índole afectivo-emocional que nos excitan, conmueven o enojan, dejando de lado la acción racional discursiva. Así, no importan los argumentos ni los discursos, sino aquello que nos afecta. Por eso, en parte, las fake news son más atractivas y por eso, también, en las infocracias “las campañas electorales degeneran en una guerra de información”, de acuerdo a Han.

Este es el marco del funcionamiento democrático actual según el filósofo surcoreano. ¿Se lo puede utilizar para pensar la irrupción de políticos como Milei? En su libro, Han utiliza a Trump y su política de tuits como ejemplo. En el caso de Milei, no es tanto una política de tuits, sino una política de lo incendiario, de lo abrupto, donde se explota la negatividad de la situación como elemento de campaña política y en el que las redes sociales actúan como amplificadores de mensajes.

Según Kanarek, si un posteo o un video en las redes sociales “es incendiario, seguramente atraiga a los que están de acuerdo, pero también a los que quieren decir que lo que estás diciendo es una aberración”. De este modo, los algoritmos premian aquello que genera reacción, comentarios e indignación. Y en esta lógica los medios de comunicación tradicionales, insertos en el mundo digital, también se hacen eco de esas noticias marcadas por la incorrección política de estos candidatos, lo que termina por generar un mecanismo de ampliación de ciertos mensajes.

Kanarek sostiene que el encuadre discursivo de las dos campañas, de las PASO y de las elecciones presidenciales, a celebrarse el 22 de octubre de 2023, es "todo el tiempo lo que Milei quiere". El político libertario marca la agenda con sus declaraciones sobre la casta política, sus insultos a los políticos, su vehemencia argumentativa y su exposición sentimental. En conjunto, y teniendo en cuenta las características señaladas de la infocracia, esto lo hace un candidato muy consumible.

En el caso de Milei, no es tanto una política de tuits, sino una política de lo incendiario, de lo abrupto, donde las redes sociales actúan como amplificadores de mensajes negativos.

En la campaña de Trump de 2016, los actos que celebraba el ahora expresidente tenían que ver más con lo identitario que con el discurso en sí. Era más bien sobre qué ocurría y cómo ocurría que sobre lo que se decía. De alguna manera, Trump delimitó un segmento de la población que logró identificarse con él a tal punto que ningún otro candidato pudo romper con esa sensación de pertenencia.

¿Puede estar sucediendo algo similar con Milei? El candidato argentino hace una fuerte utilización del componente emocional: su forma de argumentar, sus insultos, su evidente enojo con ciertos integrantes del sistema político, su incorrección política y su vehemencia discursiva representan un sentir que la población está ávida de demostrar ante la política tradicional.

A esto se le puede sumar la imposición de una visión de que el adversario político deviene en enemigo: la conformación de un otro resulta clave en el discurso de Milei. La cuestión aquí tiene que ver no solo con la calificación discursiva, sino también con las consecuencias de esa deslegitimación.

La desaparición del otro

Un aspecto relevante de la infocracia es que en todo este proceso se está dando la desaparición del otro. Han cita a Hannah Arendt para referirse a la representatividad y sostiene que esta se da porque el pensamiento de los demás está presente en la discusión. Es decir que la representación como acto discursivo de la democracia tiene al otro en presencia como una cuestión base.

De hecho, Han sostiene: “sin la presencia del otro, mi opinión no es discursiva, no es representativa, sino autista, doctrinaria y dogmática”. En este sentido, si el otro está desapareciendo, entonces la totalidad discursiva implica un impulso autoritario donde no hay un espacio de debate, porque en el debate mi visión puede ser cuestionada por alguien más.

Si bien es cierto que en la política actual el otro está siendo puesto como punto de referencia todo el tiempo, lo es como contraposición a lo que debe hacerse o como lo que no tiene que hacerse. En el discurso de Milei eso se aprecia en ese rechazo manifiesto a los políticos. El otro, entonces, queda como negación, como lugar hacia donde no hay que ir. Se lo empuja hacia un lugar de no encuentro.

Si según Han “el discurso es un movimiento de ida y vuelta” y si la representación implica necesariamente la presencia de un otro, así como también lo supone una acción comunicativa, ¿con quién se discute si se niega al otro? Para Milei los grandes culpables de la situación de Argentina son los políticos, a quienes ha calificado de "chorros, parásitos, soretes o inútiles". Además, se ha enfrentado a periodistas, a quienes ha insultado en reiteradas ocasiones y también tildó de fracasados a economistas que cuestionaron su plan de dolarización.

Lo que hay, a fin de cuentas, es una negación del otro como actor político calificado para expresar su visión. Esta negación, en el marco del sistema democrático que conocemos, implica negar la representación y lleva a un proceso de deslegitimación que es, en última instancia, un quiebre de lo democrático tal como lo conocemos.

De esta forma, el discurso anti casta política es un discurso marcado por el rechazo no solo a la acción política en sí, sino también a lo político; es decir, a lo constitutivo de que el humano es un ser político en cada cosa que hace. La negación de lo político implica una minimización del acto político como método de expresión de ideas y de intereses, lo que tiene que ver también con la crisis de la verdad que aqueja a estos tiempos.

Esta crisis de la verdad supone que ya no hay un sustento fáctico para los hechos porque estamos en un momento donde el problema ya no se centra en si algo es verdad o mentira, sino en la incapacidad de discernir qué es verdad y qué es mentira. Y es que con las fake news hay una notoria indiferencia a los hechos.

De ser así, pensar lo político (es decir, pensarnos como sujetos políticos) cae en una especie de neblina donde el otro está constantemente siendo cuestionado y negado en sus convicciones. No hay un espacio de generación de consenso, no hay diálogo. Lo que sí hay es una constante construcción de supuestas verdades que colisionan unas con otras, pero no como actitud de escucha, sino de imposición. Hay, a fin de cuentas, una negación del otro en tanto sujeto político, lo que termina siendo parte de la crisis de la verdad a la que Han hace referencia.

El campo argumentativo e ideológico de la libertad

De un tiempo a esta parte, la derecha, y sobre todo la ultraderecha, han puesto un fuerte énfasis en la libertad como elemento distintivo e identificatorio de sus campañas político-electorales, utilizando a la pandemia como un momento bisagra del peligro que corre la libertad. Se levantan banderas en torno al peligro del comunismo (el viejo fantasma), pero también al peligro de perder una visión del mundo en particular que tiene que ver con una fuerte construcción identitaria y de valores.

Así, hay rechazo a la agenda de derechos, a la inmigración, al aborto o a la libertad de las mujeres de reclamar un mundo más igualitario. Si bien hay tópicos que no todas las ultraderechas comparten (el más notorio es el de la inmigración, que se discute en Europa y Estados Unidos, pero no en América Latina), hay muchos elementos en común. Uno de los más notorios es el de la libertad. Pero ¿qué libertad?

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (Partido Popular), centró fuertemente su campaña con el lema “socialismo o libertad”. Ayuso explicó que lo que ella entiende por libertad “es lo que nos hemos dado en la Comunidad de Madrid” y señaló que hay una “amenaza” (a la libertad) que depende de “qué políticas entran en el motor económico de España”.

Milei, en tanto, se define como “un liberal libertario": "Filosóficamente, soy un anarquista de mercado”, dice. Según el politólogo Cristóbal Rovira, si bien por este componente libertario Milei es “un bicho un poquito raro en comparación a las ultraderechas que tenemos en América Latina”, lo cierto es que también se coloca en el espacio del conservadurismo.

Y es que, aunque se califique de libertario, Milei ha realizado afirmaciones como: “Nosotros queremos ser el faro moral del continente”. De hecho, propone eliminar el Ministerio de la Mujer, derogar el aborto y anular la educación sexual integral porque le “deforma la cabeza a la gente”. Lo que se aprecia, entonces, es que, a pesar del fuerte uso discursivo de la libertad, lo que parece haber en candidatos de la derecha y la ultraderecha que hacen uso de este término de manera tan contundente, es un neoliberalismo en lo económico, pero un conservadurismo en lo social.

De esta forma, la libertad que se reivindica es totalmente dicotómica: o es mi visión de la libertad o no es libertad. O es la libertad del libre mercado o es una amenaza, lo que nos lleva a la cuestión de la banalización de la libertad. ¿Cuál es concretamente la amenaza que se cierne sobre ella? Si el peligro que corre se basa en el determinismo de una visión moral, centrada en el rechazo al otro, entonces lo que queda es un uso del concepto libertad que es en extremo simplista.

Por otra parte, pero en línea con el análisis, la asociación entre libertad y economía, es una característica que el capitalismo explota muy claramente en estos tiempos. Según Han, “hoy cada uno es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa”, en un marco donde la libertad del poder hacer lleva a coacciones. De esta forma, agrega, “por mediación de la libertad individual se realiza la libertad del capital”.

Así, la libertad tiene lugar en el marco del ejercicio del trabajo, de la generación de riqueza, de la autoexplotación, de la autodeterminación concluyente de que el libre mercado es libertad. A fin de cuentas lo que el capitalismo hace es utilizar la libertad como tecnología de poder.

De este modo, lo que Milei entiende como libertad significa profundizar y continuar con la perpetuación de las lógicas sistémicas que experimentamos actualmente, sobre todo porque su propuesta política se basa en la economía como despliegue de las fuerzas de la vida, como elemento de realización. Por algo, para el candidato, el problema de la sociedad argentina está en la política (sobre todo en algunos políticos) y la solución en la economía.

La cuestión con esta visión es, como dice Han, que “se abandona de nuevo la libertad en el momento en que el capital se erige en una nueva trascendencia, en un nuevo amo”. Así, el problema se antoja doble: por un lado, un sistema económico que hace un uso abusivo de la libertad encasillándola en una relación con el mercado; y por otro, una realidad sociopolítica en la que la democracia tiene desafíos para sobrevivir a las lógicas de un mundo digital que no espera y que lo absolutiza todo.

De esta manera, se revela una nueva realidad: la de la infocracia, la de un otro que se aleja en términos políticos y la de una libertad que es explotada y banalizada.

Bibliografía

Ayala, Alfonso (2017). Análisis de la campaña electoral de Trump desde el enfoque de la teoría democrática. Revista Justicia Electoral, ISSN-e 0188-7998, Vol. 1, Nº. 20, págs. 335-374.

Han, Byung-Chul (2014). Psicopolítica. Herder.

Han, Byung-Chul (2021). Infocracia. La digitalización y la crisis de la democracia. Taurus.

Latinobarómetro (2023). Informe Latinobarómetro 2023: La recesión democrática de América Latina. Corporación Latinobarómetro.

Organización Mundial de la Salud (2020). Conferencia de Seguridad de Múnich. https://www.who.int/es/director-general/speeches/detail/munich-security-conference

Documentos de prensa

Alonso, Juan (19 de agosto de 2023). Qué es la ideología libertaria y qué tanto se adhiere Javier Milei a ella. BBC.

Clarín (2022). Javier Milei dijo que si es presidente va a eliminar el Ministerio de la Mujer: “No voy a pedir perdón por tener pene”

El País (2023). "170 economistas fracasados": la contundente respuesta de Milei al grupo que cuestionó su plan de dolarización.

Kanarek, Julián [Lado B] (11 de setiembre de 2023). ¿Héroes o villanos? Entrevista a Julián Kanarek (Archivo de video) Youtube.

La Diaria (2023). “Nosotros queremos ser el faro moral del continente”, dijo Milei en una entrevista con el periodista estadounidense Tucker Carlson.

La Vanguardia (2021). Ayuso borra el 'Comunismo' de su lema de campaña y apuesta por 'Libertad'.

Pérez, Ivan (2023). Milei se opone el aborto: ¿podría derogar la Ley de interrupción voluntaria del embarazo si gana? CNN.

Perfil (2022). El increíble ranking de insultos de Javier Milei.

Perfil (2022). Javier Milei quiere anular la Educación Sexual Integral: "Deforma la cabeza a la gente".

Público (2021). Isabel Díaz Ayuso explica qué es para ella la libertad.

Rovira, Cristóbal (2021). "Milei tiene un componente libertario que lo hace un bicho raro en comparación a las ultraderechas de América Latina". BBC.