Camino hacia la sostenibilidad: economía circular en Uruguay
En un escenario mundial de impactos del cambio climático y pérdida de biodiversidad -como nos muestran hoy cercanamente los efectos devastadores de las inundaciones en Rio Grande do Sul-, como humanidad debemos transitar cambios en la forma en que producimos y consumimos bienes y servicios. Ese camino tiene hoy día un nuevo paradigma: la economía circular.
¿Qué es la economía circular? En esencia, el elemento definitorio de la economía circular es el “uso restaurativo” de recursos en los que las materias primas ya no se transformarían en residuos desechables, como en la economía lineal tradicional, sino que se busca mantener los materiales en circulación y disminuir lo que va a disposición final. En lugar de agotar incesantemente los recursos finitos de nuestro planeta, la economía verde y circular busca conservarlos y utilizarlos de manera más eficiente.
La Fundación Ellen MacArthur, una de las principales defensoras de la economía circular argumenta que, “si bien se han hecho grandes avances en la mejora de la eficiencia de los recursos, cualquier sistema basado en el consumo en lugar del uso restaurativo de los recursos implica en importantes pérdidas a lo largo de la cadena de valor”.
Lo que hoy puede ser desecho para una empresa puede ser materia prima para otra pero se requiere construir esos mecanismos y alianzas que viabilicen ese acercamiento.
Por su parte, Willi Haas sostiene que la economía circular es una estrategia simple, pero convincente, que tiene como objetivo reducir tanto la entrada de materiales vigentes como la salida de desechos mediante el cierre de lazos económicos y ecológicos de los flujos de recursos. La innovación y la tecnología desempeñan un papel fundamental en ese proceso, generando empleos en sectores emergentes como la gestión de los residuos y la energía renovable, además de fomentar la equidad social y promover prácticas empresariales responsables y la inclusión social de diversos actores.
Otro punto fuerte del camino hacia la economía circular es la construcción de alianzas entre actores, lo que hoy puede ser desecho para una empresa puede ser materia prima para otra pero se requiere construir esos mecanismos y alianzas que viabilicen ese acercamiento. Alianzas y construcciones de redes es otro eje importante de este proceso.
**¿Cómo avanza Uruguay en este tema? **
En el país el tema ya está presente en la agenda desde 2009, cuando se comenzaron las primeras experiencias piloto: primero centradas en la valorización energética de residuos industriales, con la mirada puesta en la reducción de emisiones de gases de efectos invernadero; y también en la apuesta que hizo el país al desarrollo de las energías renovables.
Pero rápidamente se visualizó que este nuevo paradigma era más que una oportunidad de transformar residuos en energía y en septiembre de 2017 se instala en Montevideo el Primer Foro de Economía Circular en América Latina, impulsado por el Programa Biovalor y la Agencia de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), donde se recibieron nuevos aportes y se amplió la agenda de temas a abordar.
Con el impulso de este encuentro se diseñaron algunas acciones que fueron llevadas adelante desde el gobierno nacional con alianza entre el Programa Biovalor, la Alianza para la Acción hacia una Economía Verde (Programa PAGE, por sus siglas en inglés) que comenzaba a ejecutarse en Uruguay, Transforma Uruguay y la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE).
5 flujos definen la Estrategia Nacional de Economía Circular: biomasa, bienes de consumo, energía y movilidad, construcción vivienda e infraestructura y el agua
Así se impulsaron llamados para financiar proyectos en oportunidades circulares, se otorgaron premios a emprendimientos que ya habían avanzado en implementar acciones circulares (Premio Uruguay Circular) y se diseñó y comenzó a ejecutar un plan de acción.
Pero existían desafíos para lograr escalar estos procesos: falta de conocimiento de lo que implica la economía circular y cómo implementarla, falta de una política nacional que englobara los esfuerzos iniciados, necesidad de inversiones, entre otros. Superar esos desafíos requiere ante todo un esfuerzo colectivo y un compromiso firme de parte de gobiernos, empresas y ciudadanos.
Fue así que, a partir de 2020, se comenzó a trabajar en profundizar las experiencias llevadas adelante con oportunidades circulares y el premio de economía circular, e impulsar nuevas iniciativas. Pero fundamentalmente se comenzó a trabajar a nivel de los Ministerios de Industria, Energía y Minería (MIEM), Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Economía y Finanzas (MEF) y Ambiente en diseñar una Estrategia Nacional de Economía Circular que fuera una política pública que articulara y focalizara las líneas de acción a llevar adelante en esta etapa.
Así las cosas, en abril de 2024 se presentó la Estrategia Nacional de Economía Circular que define cinco flujos prioritarios para abordar que son: la biomasa, bienes de consumo, energía y movilidad, construcción vivienda e infraestructura y el agua. Además, se plantaron acciones para el consumo circular y las finanzas sostenibles.
Para cada uno de los estos flujos seleccionados, se definieron acciones prioritarias y finalmente una gobernanza con enfoque integrador que sea el impulsor de mesas de trabajo público-privadas que lleven adelante las acciones para poner en marcha la transición más acelerada hacia la economía circular.
Este tema tiene que alcanzar los mayores consensos políticos y sociales y está bueno que cuando se inicia un nuevo año electoral en el país, todos estemos atentos a que estos temas estén en la agenda de todos los candidatos, porque el país necesita avanzar en este camino.
La transición hacia una economía circular representa un llamado a la acción para todas las partes interesadas. Desde los líderes políticos que deben diseñar e implementar políticas ambiciosas, las empresas que deben adoptar prácticas más circulares, los ciudadanos que pueden acelerar el consumo sostenible, todos tenemos un papel que desempeñar en esta transformación.
Al abrazar la economía verde y circular, no solo aseguramos un futuro más próspero para las generaciones venideras, sino que también nos embarcamos en un viaje hacia un mundo más justo, equitativo y restaurador de los recursos naturales.
Bibliografía:
Willi Haas, Fridolin Krausmann, Dominik Wiedenhofer, and Markus Heinz (2015) How Circular is the Global Economy?An Assessment of Material Flows, Waste Production, and Recycling in the European Union and the World in 2005. Journal of industry ecology. www.wileyonlinelibrary.com/journal/jie.
Fundación Ellen Mac Arthur: https://www.ellenmacarthurfoundation.org/es
1er. Foro de Economia circular de América Latina: (https://foroeconomiacircular.com/uruguay2017/)
Programa Biovalor: https://biovalor.gub.uy/ integrado por MVOTMA, MIEM, MGAP.
Programa PAGE: https://www.gub.uy/ministerio-industria-energia-mineria/node/7027