El diálogo interreligioso, fuente de esperanza social
La importancia del diálogo interreligioso y su aporte en la sociedad actual del Uruguay a através de los sentires de cuatro mujeres de distintas religiones sobre sus prácticas religiosas: similitudes entre creencias y búsquedas espirituales en cada culto o religión mencionada.
Sostener la esperanza en la posibilidad de un mundo mejor, de una sociedad más solidaria, generosa y cuidadosa del otro/a, de la naturaleza y del planeta es una tarea cotidianamente compleja y se ha tornado difícil.
Crece la fragmentación social, el crimen organizado, la desigualdad y las necesidades de cuidados. Entretanto, pandemias silenciosas como el suicidio y las adicciones –no solo a sustancias químicas, también a pantallas y al consumo– son un distractor de aquellas dimensiones donde acontece la vida. Procesos y situaciones que exigen un estado rector que propicie formas y dinámicas de promoción de los derechos humanos, de diálogo, de cohesión social para lograr la cultura de la paz .
El desarrollo humano, social, cultural, institucional y político que se entrelaza con el económico y el ambiental se nutre de expresiones religiosas, creencias, cultos y espiritualidades.
Como dice Leonardo Boff, todas las religiones trabajan con un sentido último y con valores que orientan la vida y derivan en actitudes éticas. Por eso poseen un alto valor humanizador y civilizatorio. Sin embargo, es necesario reconocer que muchas veces, algunas religiones corren el riesgo permanente del fundamentalismo, de percibirse como absolutas y como las mejores. Y algunas fracciones de algunas religiones se tornan fundamentalistas practicando el silencio y la ausencia como forma de indiferencia y superioridad sobre las demás.
Debido a este riesgo, es fundamental promover y motivar instancias de diálogo interreligioso, por la potencia que en la vida cotidiana de los sujetos y de la sociedad tienen las religiones, cultos, etc. Es necesario defender la pluralidad religiosa y fomentar el diálogo entre religiones, ya que se torna difícil respetar si no se conoce y comprende la otredad.
El 15 de marzo, el Centro Martin Luther King convocó un panel de diálogo interreligioso que contó con la presencia de la psicóloga Heba Smith, fundadora de la Asociación de Mujeres Musulmanas de Uruguay “Fátima Zahra”: Carola Tron, pastora de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata; Susana Andrade (Mãe Susana de Oxum), procuradora, ex diputada, religiosa umbandista, escritora y fundadora de Casa Afro uruguaya, el grupo Atabaque e Ifá del Uruguay; y quien escribe. Todas activistas de derechos humanos y ambiente. Aunque no pudimos contar con representantes de otras religiones y espiritualidades en esta ocasión, esperamos hacer crecer este espacio que es abierto a toda persona de buena voluntad.
En función de los tiempos religiosos de febrero y marzo (el ramadán para musulmanes, la cuaresma para los cristianos y el 2 de febrero como fiesta de Jemanjá) decidimos conversar entorno a la siguiente pregunta guía.
¿Cómo las personas que practican tu religión se preparan para un encuentro con Dios?
Esto nos lleva a dejar de lado la visión de las religiones y creencias como aparatos ideológicos que apalancan la superestructura y poder dialogar desde las esencias espirituales que mueven nuestras decisiones y nuestra vida cotidiana valientemente y sin hipocresías. Viviendo esas espiritualidades desde la inmanencia del prójimo y/o la naturaleza y las energías y/o desde la trascendencia en la historia humana o en otras vidas.
“El diálogo interreligioso es una fuerza que ayuda a la sociedad y que comparte históricamente preocupaciones sociales comunes, por ejemplo: el embarazo adolescente, las adicciones, las discriminaciones (la étnico – racial, la de género, y otras). Es importante poder tener expresiones colectivas y documentos sin aludir a ningún Dios, para hacer el ejercicio de contemplación de la otredad”, expresó Mãe Susana.
La umbanda es una religión popular que tiene orígenes milenarios anclados en la diáspora esclavista derivada de la trata transatlántica de africanas y africanos sometidos a esclavitud. “No somos religión de libro, sino de tradición oral. Y eso tiene el valor para nosotros del contacto físico, de la ancestralidad y su memoria, de la familia trasmisora de cultura. La población afro, especialmente las mujeres, no solo fuimos perseguidas, demonizadas, invisibilizadas, sino que incluso actualmente vivimos el desprecio hasta en la denominación peyorativa de ‘macumberas’”, agrega.
Los abusos institucionales, de las intendencias, del Ministerio del Interior, la policía que cuestiona a esta religión por no tener templos, sino que el culto se realiza en la casa de cada persona… son habituales para las personas umbandistas. “Eso en otras religiones no existe, es una escena impensada. Es muy doloroso y desgraciadamente está naturalizado. Es un sufrimiento. Por eso rescato la importancia del diálogo que legitima la riqueza de nuestra diversidad afro ritual. Porque cultos afro son cultura afro”, comenta.
Por su parte, Heba Smith contó que el ramadán, el noveno mes del calendario islámico (diferente al gregoriano), “es un pilar de la fe y una práctica religiosa” del islam. “Los meses están reglados por la luna, y marcan actividades diferentes. En este mes hay unos 29 a 30 días de ayuno que ayudan a potencializar la relación con el creador, porque nos purificamos, dejando de lado los placeres mundanos, enfocándonos en el autoconocimiento. En este mes se abren las puertas del paraíso y se cierran las del infierno. Y los ángeles llevan nuestras súplicas a Dios. Nos enfocamos en la oración, a leer el Corán, demostrar arrepentimiento si hemos cometido alguna falta”, asegura Smith.
Esto genera un clima de misericordia y fraternidad, incluso con aquellos que no comparten la religión. “Nos ayuda a pensar lo que siente una persona en situación de calle, el pobre, el niño que solo come en la escuela. La idea es sentir eso y purificarnos, no dejarnos llevar por el consumismo, el capitalismo, el materialismo. Despojarnos y conectar con la solidaridad. El ayuno está prescrito en el Corán y no se trata solo abstenerse de comer y beber: es también un ayuno espiritual e introspección”, agrega.
Ya la pastora Carola Tron reflexionó que a la semana santa en Uruguay “se la llevó puesta la semana de turismo”, que está asociada con la individualidad y el cese del pensamiento. Aunque es un momento en el que podríamos preguntarnos “¿qué hacer? y ¿a qué estoy llamado?”, se transforma en un momento “fuera de servicio”.
“En este mundo nuestro: occidental y cristiano se han desgastado algunas palabras como Semana Santa y Navidad. Quizás Pentecostés sobrevive a ello porque no le han encontrado aún la veta comercial, porque el Espíritu es libre y no lo podemos dominar. En Uruguay, hay un analfabetismo religioso que es un poco peligroso. El estado laico debería ser la garantía para la libre expresión y práctica de religiones diversas, de grupos minoritarios, perseguidos. Sin embargo, un laicisismo exagerado, que desconoce el lugar de las religiones en las culturas, no es bueno”, expresa Tron. Desde el ámbito católico, decimos que la cuaresma propone un tiempo para vivir un “retiro” similar al de Jesús en el desierto. El Espíritu llevó a Jesús al desierto, y allí, luego de 40 días y 40 noches, cuando sintió hambre apareció el demonio a tentarlo. Las tres tentaciones clásicas que cualquier ser humano puede vivir en su existencia: la del cuerpo (hambre), la del poder (determinar y demostrar) y la de la riqueza (los reinos de este mundo).
Es interesante atender a que todas las frases del tentador comienzan: “Si eres hijo de Dios”, atentando contra la identidad propia e intentando minar el vínculo entre el ser y su creador. Las respuestas de Jesús son todas frases de la escritura y no acepta la propuesta, lo cual habla de la importancia del diálogo entre el ser y su Creador para vencer las tentaciones, presentes en la vida cotidiana. También se ayuna, pero solo los viernes y el miércoles de ceniza (posterior al fin de semana de carnaval), se brinda limosna y se redobla la oración como diálogo con Dios. Todas prácticas comunes con el islam, como lo expresó Heba. Y sobre todo, prácticas que como seres humanos nos acercan al otro, al diferente, y nos acercan al respeto y a veces a la comprensión. Estos momentos de diálogo interreligioso también son intentos de expandir la práctica de dialogar hacia la sociedad y trabajar por la paz desde nuestras creencias y religiones. Pretendemos con religiosos/as, creyentes y no creyentes, tejer y caminar desde nosotros – aquí y ahora – hacia lo que nos trasciende y representa justicia, amor, verdad y libertad. Y eso tenemos en común: superar la violencia y no hacer ni forma parte con la traición, el egoísmo, la injusticia o la mentira. Al decir del filósofo marxista Ernst Bloch, quién expresó el sentido profundo de las religiones: “Donde hay religión, ahí hay esperanza”. Y donde hay esperanza, nacen fuerzas múltiples y diversas para concretar sueños, proyectar la existencia y dar sentido a la vida y a la historia.
Referencias Bibliográficas:
Declaración de los Derechos Humanos. Artículo 18.
Amerindia. Leonardo Boff. El necesario diálogo interreligioso. 13 abril, 2024.